DESARROLLO AFECTIVO Y RENDIMIENTO ESCOLAR EN LOS NIÑOS DE SEGUNDO GRADO DE LA INSTITUCION EDUCATIVA “ASHID KUMAR BAHL” CUSCO– 2023.
Abstract
Estamos en un mundo caracterizado por factores de falta de afectividad expresada de una serie de formas respecto a los niños, púberes y adolescentes. En la escuela inicial o primaria, este aspecto no es ajeno al problema por una serie de circunstancias. Los contextos de falta de afecto y muestras de violencia que viven los niños, sea en las aulas escolares, no solamente son los que se suscitan en el aula, sino los que traen los niños al aula. En ese sentido, no se debe olvidar que la Unesco el año 2007, (Godoy & Campoverde, 2016) ya había realiza una declaración para el periodo 2001-2010, denominando como “Década internacional por una Cultura de Paz y No Violencia para los Niños del Mundo”, para resaltar básicamente la importancia de la convivencia humana y el rechazo firme a cualquier tipo de violencia. Sin embargo, los índices y las noticias a partir de esa década hasta la fecha, no ha sido sino incrementar el problema exigiendo a los Estados la investigación, la creación de políticas públicas, así como estrategias de atención al problema. (Godoy & Campoverde, 2016)
Mencionan, por ejemplo, (Godoy & Campoverde, 2016) en un artículo de investigación que, la situación en el país del Ecuador evidenciaba un fuerte desinterés entre estudiantes y maestros ante la escasa afectividad en el salón de clases, a cuya consecuencia, se iban generando climas tensos y signos de bajo rendimiento escolar. De igual forma, los mismos autores (Godoy & Campoverde, 2016), referían que los conflictos de cualquier índole, incidían fuertemente en los estudiantes quienes tenías distintas maneras de comprender la realidad, concebir los conocimientos, anteponiendo de alguna forma su historia personal, sea presente o sea pasado, sea manifiesto o sea oculto. Los resultados del estudio, exigieron en dicho país la presentación de propuestas a los maestros a comprender de su parte las emociones manifiestas de angustia, miedo, conducta compulsiva en algunos, problemas de aprendizaje, comportamientos distorsionados, el contexto familiar, entre otras manifestaciones.
Lo propio ha sucedido en países como Argentina y Colombia, donde se han realizado indagaciones que demuestran un crecimiento intenso de la falta de afectividad en el trabajo de aula y una notoria respuesta de los estudiantes que, ante la falta de afecto reaccionan igualmente con síntomas de violencia, e inclusive con actos de lo que hoy se denomina como bullying. La clave se halla en evaluar hasta qué punto la afectividad en el aula sigue siendo un factor básico para el rendimiento escolar, además de lo pedagógico. Incluso, hoy se sabe que las acciones humanas tienen cuatro quintas partes de ellas relación directa con las habilidades blandas, las emociones, que con las habilidades duras o cognitivas. Por consiguiente, realizar seguimientos sobre cómo la afectividad y el desarrollo afectivo se relaciona con el rendimiento escolar, se justifica plenamente.
En el caso chileno, según refieren (Godoy & Campoverde, 2016), se ha hecho frecuente observar el afán desmedido que tienen la gran mayoría de profesores en cumplir su función educativa en torno a logros académicos en el estudiante, no considerando que a estos le son también fundamentales desarrollar otros aspectos de su naturaleza como el afectivo. Es decir, los profesores olvidan lograr una formación integral en el estudiante, que involucre o abarque no solo su aspecto académico, sino también sus aspectos: físico, afectivo, artístico y moral. Al respecto, a pesar de los enfoques y teorías pedagógicas en boga, y de las debidas orientaciones que se realizan en los cursos de capacitación, el profesorado sigue poniendo énfasis en educar solo en lo académico, desvirtuando su función, que es la de educar al estudiante de manera holística. Es así que, sumado esta problemática latente en el contexto escolar, también aparece la problemática de deficiencia de aprendizajes en los estudiantes, por lo que en la actualidad se cuestiona que los resultados educativos no tengan la calidad formativa integral que se espera, considerando que los aprendizajes de la mayoría de los-estudiantes no sean tipificados en condiciones de excelencia, sino como malos, y apenas de regular. (Godoy & Campoverde, 2016)
En el caso peruano, se cita el resultado que obtuvo el país en la última prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA), realizado desde el año 2012, donde quedamos últimos entre los 65 países que participaron de la prueba, demostrando un bajo nivel en competencias matemáticas, lectoras y científicas, lo que llama la atención. Sin embargo, no ha sido una evaluación al desarrollo integral del educando, cuando el profesorado este predispuesto a desarrollar el lado afectivo, considerando que la afectividad (emociones, sentimientos y pasiones), desempeña un papel importante de los estudiantes, al estar arraigada biológicamente a su naturaleza humana y formar parte de ella.